Como es adentro, es afuera

“Es más fácil enseñarle a un niño a seguir las reglas y a obedecer, que a escuchar de manera intencional, pensar, desarrollar criterios, solucionar problemas y confiar en sí mismos. Y esto se debe a que para lo segundo, los padres necesitamos trabajar en nosotros primero.”

Tengamos hoy una reflexión diferente, de una manera sincera y consciente. De nada sirve que continuemos acumulando tips para cuando nuestros niños actúen de una u otra manera si no entendemos que “como es adentro, es afuera”.

Hagamos una pausa y tengamos una autoterapia. Que no se trate de leer para aprender, sino de leer para desaprender. Tomemos un momento y respondamos a estas preguntas:

 ¿Cómo fue nuestra niñez?

 ¿Cuántas cosas nos prohibían y de qué manera?

 ¿De cuántas cosas los padres nos hacían partícipes?

 ¿Qué necesitábamos para ser felices?

 ¿Qué nos enseñaban del “sacrificio”?

 ¿Cómo nos sentíamos si nuestros padres llegaban tarde?

 ¿Cómo eran los castigos?

 ¿Qué sentíamos Limites nos pegaban?

 ¿Cuántas cosas no podíamos hacer para no molestar?

 ¿Cuántas veces nos avergonzamos y por qué?

 (Y junto a éstas, todas las que vayan saliendo)

Cuestionar sin justificar puede ser difícil, incluso doloroso, pero también podrá ser liberador. Conocer y aceptar profundamente a los niños que fuimos, nos ayudará a comprender por qué actuamos de una manera u otra con nuestros hijos. Cada generación tiene sus particularidades, cada una se ha regido por la otra. ¿Cómo es entonces que cada vez nos quejamos más del mundo que tenemos? Algo a mí no me encaja.

 Dejemos de halar de la mente del ego, de lo que está bien y está mal. Dejen incluso de leer mi blog si no les aporta y si no les mueve. Pero les pido, sigan a su ser. Sigan ese instinto que te indica lo que debes hacer, sigan esa fuerza que nos hace dar un paso tranquilo y seguro. Ante la duda, escúchate, si es de Dios siempre habrá paz en tu corazón.

Reprogramarnos, soltar y sanarnos nos guía a criar de manera diferente. En lo personal, me quiero salir de la crianza militarizada, en la que el adulto dicta y guía todo cuanto debe pensar el niño, por creer que “es pequeño y no sabe lo que quiere”. Sin explicaciones porque somos la autoridad en casa. NO.

 ¿Y cómo quedan los límites? Pues ahí, acompañándonos también en el camino. Límites que no impiden el desarrollo pleno del niño. Que no estimulan la obediencia sin criterio. Donde el niño tenga la autonomía de expresarse, decir lo que piensa. Y a través de sus vivencias encontrar la responsabilidad de sus actos. Más que obligar, se trata de acompañar. Integrar los límites mientras los ayudamos a creer en sí mismos.

Si somos ejemplos constantes para nuestros hijos, imaginemos entonces cuánto podremos lograr desde el amor y la paciencia. Incitemos a pensar más que a ejecutar. Enseñemos a buscar una salida a la frustración, no siempre obtendremos lo que queremos. Cómo sería si enseñáramos que los errores se reconocen, y los sentimientos se muestran, como resultado, erraríamos más y aprenderíamos más, necesitaríamos menos y ayudaríamos más, viviríamos menos y amaríamos más. Seguramente seríamos mucho más humanos, menos perfectos y más felices.

12 respuestas a “Como es adentro, es afuera”

  1. Hola Yanita, otra vez estamos de acuerdo. Cuando tuve a mi hijo, y empecé a recibir consejos de todas partes, vivencias, advertencias, me empezó a surgir una inquietud media rara, yo quería otra cosa que parecía no existir en el modo de crianza «correcto». Entonces empecé a investigar, y ahí me sumergi en un mundo de «crianza respetuosa «, «BLW» y otros términos que no tenía idea que existían y que hasta ahora se acercan más a lo que yo siento. Pero es como dices, criar desde el respeto a los niños, desde la comunicación, desde la calma, requiere mucho de nosotros, requiere mucha autoevaluación y automejora, requiere la paciencia que los problemas cotidianos se empeñan a veces en acorralar y es un reto personal de todos los dias, que por lo menos yo, disfruto, porque como has llamado a tu blog, yo creo que el amor es la mejor de las fortalezas y medicinas, es el milagro.
    Ah por cierto, el otro dia me acorde de ti, fuimos a visitar a unos amigos, y mi hijo llegó a la casa de ellos y no quiso saludar, cuando se le acercaban me agarraba la mano y me decía: mama, como pidiendo mi protección, y recordé tu post anterior, porque quería que fuera sociable, pero mas que eso quería que se sintiera seguro. Asi que lo abracé y mientras estuvo asi, no le solté su manito, y le repetí que todo estaba bien, al rato ya andaba jugando y hablando con todos, y me sentí orgullosa de él y de mí.
    Gracias! Y espero el próximo artículo!

    • Yo no tengo palabras para agradecer tu comentario, tu vivencia. De verdad que se me encharcan los ojos de pensarlo. Logré verte ahí, como una madre amorosa y consciente. Y ya eso, créeme, es el mayor de los regalos. Te lo agradezco yo y el universo. Gracias por desprender tanto amor

  2. Súper de acuerdo, considero que sí hay que ponerle límites a los niños pero con el objetivo de que sean adultos responsables en el futuro. No estoy en absoluto de acuerdo en la imposición, recuerdo de que de niña nunca que me gustó que me dijeran «si porque si o no porque no», como se decía en El Castillo de Ratimbum: «porque no (o porque si) no es una respuesta». Debemos explicarles a los niños las causas de las cosas pero también los efectos para que sean responsables de sus actos, a mi me ha pasado que, buscando la mejor manera de explicarles, también encuentro una explicación para mi, porque mi crianza (como la de casi todos los de mi genreación) fue desde la imposición y hay cosas que me digo a mi misma que son así porque si o porque no, por hábito o que se yo. Debemos dejarles, aunque se nos apriete el corazón por miedo a que lo hagan mal, porque a mi me pasa, que tomen sus decisiones y que asuman las consecuencias claro, siempre desde la posición de acompañarlos en el camino de la solución, no hacerlo por ellos, pero si mostrarles que sus padres (o familiares) están ahí para ayudarles y que no están solos nunca, aseguro que siempre habrán sorpresas gratificantes. Si es desde el corazón nunca serán malas decisiones, amar siempre será el milagro.

    • Vas por muy buen camino y no imaginan ustedes lo feliz que me hace leerlas y saber que están desaprendiendo para aprender a amar de verdad, de la forma pura, de la que no culpa. Gracias!!!

  3. Genial!
    Se trata de liderar nuestra vida desde la conciencia absoluta 🤩
    Nunca es tarde para comenzar a hacerlo.
    Pero no cometan el error de limitar a sus hijos como hemos sido limitados nosotros (con la mejor de las intenciones casi siempre, pero limitados al fin)
    Yo siempre cito la anécdota de Ignacio, el hijo de una amiga: iba al círculo en pleno verano con un abrigo de pelos porque aunque su mamá le explicaba por qué aquello no tenía sentido, le permitía además decidir.
    Su mamá quería que él pudiera, desde pequeño, decidir y liderar su realidad.
    Como resultado Ignacio hoy es un niño cuya autodeterminación es increíble, una personita segura que se formó como tal desde la infancia. Muéstrenle a sus hijos su versión de l verdad perro también permítanles equivocarse, permítanles fallar, permítanles vestirse como quieran.
    Espectacular este post Yanita!!!🥰
    #amareselmilagro

    • Me encanta esa anécdota! A mí aún me cuesta hacerlo con Lucas, cuando elige su ropa y para mí «no pega» yo intento persuadirlo, a veces lo logro, otras no. Pero nunca se lo impongo. Le explico por qué creo que sería mejor o no, pero siempre como una opción en la que él elige. Yo también estoy aprendiendo y me hace muy feliz todo su apoyo. Gracias infinitas por acompañarme en este trayecto

  4. […] Aunque tú hayas vivido así en tu infancia, eso no es motivo para repetirlo con tus hijos o alumnos. Las cosas pueden ser diferentes, por lo tanto la próxima vez, puedes espera un poco antes de dar tu opinión o permitir que sean los niños quienes experimenten directamente la vida, quienes vivan su propia existencia.  La próxima vez podrías, antes de hablar, escuchar. […]

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