Han pasado varias semanas desde que el mundo entero está inmerso en la misma causa:
¿Cómo librarnos del Coronavirus?

Con el acceso a Internet que ya casi todos tenemos, hemos incrementado los métodos, las medidas, las percepciones, pero también el miedo, la incertidumbre, las dudas…leemos tantas noticias de medios no oficiales, que al menos a mí me causó rechazo saber del tema, por lo que decidí seguir solo las fuentes confiables – y lo justo para mantenernos coherentes con la situación -.

Mi salida del trabajo (¿Cuánto cuesta perseguir un sueño?) se aparejó a la “temible” cuarentena. Y desde entonces, cada día en casa es un reto. No sólo por el cúmulo de cosas que tenía pendiente para cuando tuviera tiempo libre, sino porque ahora tendría a Lucas un mes en casa. Tantas veces desee tener tiempo para él que llegó un punto en el que no tuve idea de cuán complicado sería todo ahora. No es una tarea fácil, estoy segura que no soy la única que ha gritado, se ha desesperado y ha creído que el hogar se ha convertido en una locura total.

Lucas no para de pedirme que lo acompañe. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que me llama en el día, y si decido entrar a su cuarto y quedarme con él, de todas formas no funciona porque quiere que juegue y yo creía que solo con mi compañía le bastaba, así que podía estar leyendo, atenta al teléfono o escribiendo algo. Ayer, hicimos un calendario de actividades para organizar mejor los momentos del día, algunas son tareas que él puede realizar sólo y en otras con mi compañía. Puedo asegurarles que ha sido completamente diferente. Aprendí a no enfadarme si me necesita, porque realmente me estoy enfadando por las cosas que quiero hacer y no puedo en ese momento, que tal cual le exijo que me atienda cuando necesito decirle algo, con todos los sentidos dispuestos en mí, así es como tengo que devolverle mi atención.

Gracias a todas las ideas que llegan desde el grupo Amar es el Milagro en Facebook hemos podido acompañarnos a crear, innovar y reinventarnos las estrategias para enseñarles, disfrutar y al mismo tiempo recuperar nuestro propio poder personal para transmitirles a nuestros hijos, la seguridad y la confianza que necesitan.

El tema Lucas lo tenía casi resuelto, y digo casi porque bien sabemos que ellos se las arreglan para enseñarnos cosas nuevas a cada momento. Entendí, que no se trata de una presencia física, se trata de una conexión emocional, de dedicar tiempo de calidad.  Sin embargo, me estaban quedando muchas dudas…

Decidí hacer una búsqueda de esas personas, como Enric Corbera, que tanta paz y sabiduría me ceden, quería saber qué y cómo estaban “enfrentando” esta etapa. La primera pregunta que me encontré fue: ¿Qué nos quiere transmitir la vida con la crisis actual? Y justo entonces, respiré y conscientemente miré adentro y percibí que había llegado el momento de indagar qué cambios estaban ocurriendo en mi vida además de, aprender a lavarme mejor las manos.

Todos deseamos vacaciones, espacio, un sofá, una peli en pijama. Todos queremos limpiar ese closet que nunca tocamos, arreglar esa ropa, lavar las cortinas, leer esos libros pendientes, hacer aquella receta… pero nunca “tenemos tiempo”. Ahora nos sobra el tiempo y seguimos postergando pendientes y buscando nuevas razones para enredarnos. Les tengo una noticia, esas cosas no las hacíamos simplemente porque NO PRIORIZÁBAMOS hacerlas, pero es más fácil buscar culpables, problemas y justificarnos, ¡en eso sí que somos buenos!

Cada día aumentan las estadísticas de infestados, de muertes, tal parece que esto no termina y nosotros seguimos buscando afuera y opinando qué deben hacer las autoridades para salvarnos, qué están haciendo bien y mal las naciones.

Estamos en un momento crucial para la humanidad. No importan las fronteras, las clases sociales, las ideologías. No hay seres especiales. Dejemos de creer que estamos separados. No hay superioridad aquí. Sobra un estornudo para que caigamos, todos, en la misma “trampa”.

Desnudo el ruido en mi mente y expongo las preguntas que me he hecho en estos días. Les pido, en la medida de lo posible, que se las respondan internamente y si necesitan despojarse de tantas cargas, estoy dispuesta para recibirlas a través de mi correo, quizás podamos hacer, virtualmente, una terapia que nos revitalice. Sólo el hecho de ser conscientes de los pensamientos que elegimos, nos estará sanando.

¿Cuáles son las prioridades de mi vida?

¿Qué quiero transmitirle a mi hijo?

¿En qué quiero emplear mi tiempo?

¿Cuál es el nivel de importancia que le estoy dando a mis cosas?

¿De qué forma no tengo en cuenta a quienes están conmigo?

¿De cuántas maneras no me tengo en cuenta?

¿A cuántas personas tengo en mi vida de las que no me ocupo?

¿Cuántas de las cosas que prioricé anteriormente, me dan la estabilidad emocional que hoy necesito?

¿De cuántas cosas materiales puedo prescindir?

¿Cómo puedo ayudar al planeta?

Confío y espero con certeza que, muchas cosas cambien porque no creo que tengamos otras situaciones como éstas que nos den la posibilidad de transcender. La oportunidad de transformar una situación mortal en un momento de conexión increíble, contigo y con todos los seres que amas.

La Tierra nos está obligando a parar. El Universo nos pide a gritos que reconectemos con nuestra esencia. ¡DESPERTEMOS! Paremos de mirar afuera y miremos dentro.

¡COMENCEMOS A SER EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO!